Por Ramón Torres Molina *
El 20 de septiembre de 1984 la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas presidida por Ernesto Sabato presentaba al presidente Raúl Alfonsín el informe difundido con el título de Nunca Más. Se hacía entrega al Estado nacional, junto con el informe, de la documentación aportada por los familiares de los desaparecidos y muertos como consecuencia del terrorismo de Estado y los testimonios de los sobrevivientes de los campos de concentración que la dictadura había establecido en todo el país. Cincuenta mil hojas documentaban la mayor represión que había sufrido el país a lo largo de su historia. Se complementaba así desde un organismo creado por el Estado el informe que en 1980 había publicado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que había dado a conocer al mundo la aberrante represión sufrida por nuestro pueblo por parte de quienes habían usurpado el poder político mediante el uso de la fuerza. La primera Comisión de la Verdad que funcionó en el mundo, cuyo ejemplo fue seguido por más de treinta países, había dado a conocer sus conclusiones.
Para la elaboración de su informe, la Conadep había tomado en consideración la documentación que le aportaron las organizaciones de derechos humanos. Sobre la base de esa información y de su propia documentación, registraba 8960 personas desaparecidas hasta el momento de la presentación de su informe. Esa documentación, con los legajos correspondientes a las personas desaparecidas, víctimas de ejecuciones sumarias y extrajudiciales y sobrevivientes, fue remitida a la Justicia competente que, superados los obstáculos presentados por la justicia militar que debía instruir los sumarios y juzgar en primera instancia, efectuó el Juicio a las Juntas Militares y a personal de la policía de la provincia de Buenos Aires, frustrándose posteriormente la actividad jurisdiccional como consecuencia de la sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, que consagraron la impunidad a favor de las personas que planearon y ejecutaron la represión.
De los 11.433 registros utilizados para la elaboración del informe Nunca Más y sus respectivos anexos entregados al Estado se podían establecer los siguientes datos: 9456 personas eran mencionadas como desaparecidas; 104 muertas; 938 habían sido liberadas; 928 casos eran dudosos, correspondiendo en general a personas vistas en los centros ilegales de detención; siete aparecían sin especificar. Del total mencionado, 7142 casos se formalizaron con la apertura de los respectivos legajos.
La documentación aportada por la Conadep al Estado fue conservada por los organismos creados para la protección de los derechos humanos: Dirección de Derechos Humanos, Subsecretaría de Derechos Humanos y Secretaría de Derechos Humanos. Fue la base de la documentación con la que se creó en diciembre de 2003 el Archivo Nacional de la Memoria y fue declarada Memoria del Mundo, juntamente con otros fondos documentales de Argentina, por la Unesco. Los legajos de la Conadep, complementados con los legajos de la Secretaría de Derechos Humanos y los legajos del Archivo Nacional de la Memoria, constituyen la base de la documentación que se utiliza en los juicios por delitos de lesa humanidad que se sustancian después de la anulación de las leyes de impunidad y la declaración de inconstitucionalidad de los decretos de indulto, y son considerados prueba documental por la Justicia.
El Archivo Nacional de la Memoria corrigió, mediante nueva documentación e información, los datos originales de la Conadep, estableciendo una base de datos unificada que conforma el Registro Unico de Víctimas del Terrorismo de Estado, cuyos datos, en la actualidad, son los siguientes: víctimas de desaparición forzada 7140; víctimas de ejecuciones sumarias 1336; liberados de centros ilegales 2793. Existen también 1541 denuncias parciales, cuyos datos deben ser complementados y menciones a desaparecidos, muertos y liberados que no tienen un legajo propio en el Archivo Nacional de la Memoria. De los registros originales de la Conadep se constató, con la nueva documentación, que 101 personas que pasaron por centros clandestinos de detención fueron localizadas con vida; 544 no corresponden ser incluidos en los registros y 1009 fueron eliminados por estar repetidos o fueron unificados con otros registros.
Los legajos originales de la Conadep se encuentran hoy sometidos a un proceso de conservación y restauración y en gran parte microfilmados. Constituyen un aporte fundamental para la preservación de memoria, para el esclarecimiento de la verdad y para la justicia. Son documentos que permiten reconstruir una etapa significativa de nuestra historia.
* Presidente del Archivo Nacional de la Memoria.
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