La marcha a Plaza de Mayo aglutinó reclamos sobre casos de brutalidad policial. Hubo organizaciones de derechos humanos, sociales, gremiales, políticas y estudiantiles. Pidieron “el desmantelamiento del aparato represivo de la dictadura”.
Por Adriana Meyer
No importaron la lluvia, el frío y el paso del tiempo. El espacio Memoria, Verdad y Justicia volvió a convocar a centenares de militantes de variadas organizaciones de derechos humanos, sociales, gremiales, políticas y estudiantiles que marcharon para insistir en el reclamo de la aparición con vida de Jorge Julio López, el testigo del caso Etchecolatz que está desaparecido desde hace tres años. También hubo manifestaciones en La Plata, organizadas por Justicia Ya! y la Coordinadora de Lucha por Julio López. Y en el barrio platense de Los Hornos la esposa de López, Irene Savegnago, y su hijo Ruben inauguraron un centro cultural en su memoria, acompañados por el intendente Pablo Bruera. “Reafirmamos que el secuestro de Julio López fue posible porque sigue existiendo lo esencial del aparato represivo de la dictadura, y decimos que de no haberlo desmantelado son responsables los gobiernos, desde Alfonsín hasta Cristina Fernández”, expresaron los organizadores de la marcha porteña en el documento que fue leído al pie de la Pirámide de Mayo, mientras artistas callejeros pintaban con stencil sobre su blanca superficie “aparición de López y Arruga”.
En la cabecera caminaba Myriam Bregman, la abogada que junto a Guadalupe Godoy representó a López en el juicio contra Etchecolatz. “La policía tiene incorporados los métodos del terrorismo de Estado, como lo que pasó con esos dos pibes que aparecieron en un cementerio como NN. Como ocurrió el año pasado, esta marcha por Julio funciona como un catalizador de reclamos de ese tipo de persecusión policial, como en Terrabusi que la bonaerense actúa como una patota de la empresa”, enfatizó Bregman.
De hecho, en la marcha porteña estuvo presente el conflicto en la fábrica Kraft (ex Terrabusi), con una delegación de los trabajadores despedidos que pidieron solidaridad para su fondo de huelga y ante un posible inminente desalojo. Sin embargo, los ánimos se calmaron cuando llegó la noticia de que la Cámara de San Isidro había rechazado, por ahora, el pedido en tal sentido de la fiscal Laura Capra (ver aparte).
Los carteles más visibles decían Coordinadora Antirrepresiva del Oeste, Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos y “Luciano Arruga, desaparecido en democracia”. Entre quienes la encabezaban estuvo Vanesa Orieta, hermana del joven Arruga. “Ocho meses pasaron desde la desaparición de Luciano, y nos une un mismo objetivo, un pedido de justicia y esclarecimiento”, dijo a Página/12. “Sólo hay ocho policías desplazados, por supuesto a esta altura sin esperanzas de poder encontrar a Luciano con vida porque los testigos confirman que fue brutalmente golpeado adentro del destacamento de Lomas del Mirador. Mi hermano es una víctima de un sistema, era un adolescente que se encontró con un grupo de policías asesinos, no es una locura de dos personas sino una forma de generar control y miedo en el sector más vulnerable de la sociedad”, agregó la joven sin dejar de marchar.
–¿La falta de respuesta en el caso López se relaciona con la desaparición de su hermano? –preguntó este diario.
–Por supuesto, porque genera un clima de impunidad.
Eran las siete pasadas cuando los manifestantes llegaron a la plaza. José Castillo, Marcelo Ramal, Patricia Walsh, Néstor Pitrola y Vilma Ripoll fueron algunos de los dirigentes que encabezaron la marcha, junto con Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora; las Madres de Quilmes, Carmen de Guede y Cristina Cabib, Adriana Calvo (AEED), José Schulman y Graciela Rosenblum (LADH) y en la coordinación José Fukman y Carlos Lordkipanidse (AEDD). Los seguían familiares y amigos de las víctimas de Cromañón, Hijos Zona Oeste, Comisión Gremial Banco Provincia, Correpi, Asamblea Popular del Cid, los partidos políticos MAS, PTS, PO, MST, IS. CCC zona Oeste, y los movimientos CuBA MTR y COD. Desde el palco los locutores leyeron las adhesiones y una carta de la presa política Karina Germano. “Llegamos a este nuevo aniversario sin respuestas, mientras siguen llenándose las cárceles de detenidos sociales”, dijo Germano, conocida como “la Galle”. Sobre Avenida de Mayo porteños y porteñas tomaban café, indiferentes. En una oficina de créditos personales, sin embargo, dos empleados discutieron al ver pasar a los manifestantes. “Qué ganas de molestar, y con esta lluvia”, se quejó uno. El compañero replicó: “Mirá, si no tuviera que estar detrás de este escritorio estaba ahí. El viejo se la jugó, sigue desaparecido y nosotros como si nada”.
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