Primer arresto por intimidar
El ex policía Luis Gil envió mails con amenazas de muerte a testigos, querellantes y funcionarios que investigan delitos de lesa humanidad en Santa Fe. Firmaba en nombre de “La Hermandad”. En su casa encontraron, entre otras cosas, armas de guerra sin documentación.
Por orden del juez federal Aldo Alurralde y luego de tres meses de investigación junto al programa Verdad y Justicia, agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria detuvieron ayer a un ex policía de Reconquista por enviar amenazas de muerte, vía mail, a testigos, querellantes y funcionarios que investigan delitos de lesa humanidad en el norte santafecino. Se trata de Luis Gil, de 64 años, quien firmaba en nombre de un grupo autodenominado “La Hermandad”. En el allanamiento a su casa se secuestraron armas de guerra sin documentación, listas de personas detenidas durante la dictadura, credenciales gremiales en blanco y “cuadernos con descripciones para interceptar personas”, informó la PSA en un comunicado. “Es la primera detención por amenazas en causas de lesa humanidad. Cuando comenzó la investigación manifesté mi confianza en detener a los responsables. Estoy contenta de que se haya cumplido”, señaló Elena Mariani, titular del programa Verdad y Justicia, que no descartó nuevas detenciones.
“Los ilustrados del Juzgado Federal y de la fiscalía también van a ser tenidos en cuenta en el momento de saldar las cuentitas y hacerles ver que en la vida todo se paga, especialmente en esta guerra que ustedes están empeñados en continuar. Si algo les pasa a los policías detenidos o al hermano de la Fuerza Aérea (en referencia al comodoro Danilo Sambuelli, procesado con prisión preventiva), serán ejecutados”, advierte sin medias tintas uno de los mensajes suscripto por “La Hermandad” y enviado a funcionarios judiciales. Entre los destinatarios se destaca el fiscal Juan Ignacio Candiotti, a quien también le hacían saber que controlaban los movimientos de sus hijos, y su prosecretario Gabriel Hernández.
La denuncia de las amenazas fue formulada por el fiscal Roberto Salum. Según el informe de la PSA, “los mails no sólo fueron dirigidos a testigos, querellantes o funcionarios judiciales, sino también a sus allegados, a políticos y funcionarios, asegurándose que llegaran fehacientemente a su destinatario”. Su contenido demostraba conocimientos precisos de circunstancias personales y familiares de los destinatarios y de la causa judicial en la que se investiga el circuito represivo del norte santafecino, con epicentro en la Brigada Aérea III de Reconquista, donde funcionó un centro clandestino de detención y traslado de detenidos-desaparecidos hacia la vecina Resistencia, en Chaco.
“Gil perteneció durante la dictadura a la guardia rural Los Pumas, la misma que integraban algunos detenidos de la causa”, explicó Mariani. El cuartel central de la guardia Los Pumas funcionó en Santa Felicia, departamento de Vera. El primer represor detenido por su actuación en ese centro clandestino, en mayo, fue el policía Héctor Aglieri, alias Rengo. Según la PSA, Gil se desempeñó como docente en un colegio secundario de Reconquista y fue echado luego de un sumario administrativo por abuso de menores. Ayer al mediodía, cuando la PSA llegó a detenerlo, se encontraba con su esposa.
Según el comunicado, en su casa encontraron listas de detenidos, armas sin registrar, DNI originales de personas fallecidas, credenciales en blanco de la Unión Obrera Metalúrgica, notas extorsivas a un comerciante, copias de declaraciones de testigos en la causa judicial y viejos documentos de la agrupación Tacuara. En el marco de la misma investigación, la PSA también secuestró una notebook y una computadora de escritorio en una casa de Paraná, Entre Ríos, y cinco discos rígidos de un locutorio ubicado a veinte metros de la casa del ex policía, donde Gil creó la cuenta de correo electrónico desde la que enviaba las amenazas.
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