Carta Abierta al Sr Presidente de la Republica Oriental del Uruguay Jose Mujica
AL SEÑOR PRESIDENTE
DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
JOSE MUJICA
Hace tiempo que quiero decirte algo. De hombre a hombre. Fuí educado con valores que no me permitían faltar al respeto a nadie, presidente o bichicome. Todos son seres humanos aunque a veces uno tiene que forzar muchísimo la imaginación para ver a los presidentes como miembros plenos de la especie. Hace un tiempo que vengo observando todas tus piruetas de saltimbanqui político. A veces con lástima, pero casi siempre con dolor y bronca. Con lástima porque fuiste uno de los que se comió el garrón de la cárcel, la tortura y casi seguro del lavado del cerebro, (que eso forma parte también de los métodos de los genocidas). Con dolor y bronca por la forma en que te cagaste y te estás cagando en el recuerdo y la sangre de los que, participantes del mismo garrón, no claudicaron. Te perdonaría incluso el haberte quebrado si así fué. Nadie puede asegurar a priori como reaccionará ante una situación extrema. Y la cárcel y la tortura sistemática lo son sin duda. Pero cuando ese cagarse en todo y en todos pasa a ser política de estado, la cosa cambia. Ya la persona no cuenta y cuenta su investidura y el rol que desempeña en la comunidad. Ahora sos el Estado, el Estado burgués que todos odiamos y combatimos con lo poquito o lo mucho que tenemos. El mismo estado que se llevó por delante no sólo a tus ahora ex-compañeros sino a muchos de los de a pie, que también nos comimos el garrón de por lo menos tener que salir rajando a buscar otros horizontes para poder sobrevivir, porque tus amigos de ahora, a quienes propinás largas y profundas lambetadas en el culo, nos empujaron y nos hicieron dejar el terruño, deshaciendo familias enteras por la separación, quebrando afectos y vivencias que era el único capital que teníamos. Y formamos en las filas del segundo éxodo oriental. Pero con una diferencia sustancial. El primero fué una muestra de dignidad colectiva de un pueblo que decidió seguir a un líder que los representaba en cuerpo y alma. El segundo fué una desbandada donde la consigna fué ¡salvese quien pueda!. En el primero, la posibilidad de volver en masa estaba latente. Sólo hacía falta resistir y esperar. En el segundo la cosa era, y sigue siendo, sobrevivir y la posibilidad de volver apenas una esperanza a veces muy detrás del horizonte. Muchos de nosotros, achacados por los golpes y los años, ya casi ni vemos el horizonte y se nos hace cada vez más cierto el hecho de que dejaremos nuestros huesos en tierras extrañas. También somos viejos, como esos amigotes que tenés ahora a quienes queres dejar libres como premio por haber torturado y asesinado a otros orientales, como fruto de una magnanimidad malentendida y para cumplir con un pacto hecho a espaldas y sin ningún conocimiento del pueblo. Por eso hoy la bronca y el dolor me desbordaron y no tengo manera de pararlas. Por eso hoy,ya por una pa salir, voy a pasar por encima de los valores en los que fui educado. Pido perdón a mis ancestros por ello. Pensaba decirte lo que pienso de vos con todas las letras, pero algún prurito me queda, y si lo pusiera por escrito estaría faltándole el respeto a tu santa madre, que nada tiene que ver en este asunto. Pero vos lo entendes igual ¿ta?
CHE CACHO
CI. 946066
CC BDB 25001
Publicado en Revurugu
Por El polvorín -
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